la vida se abre
roja
en la pasión
recogiendo fragmentos
de oscuridades (deslizadas)
no juega el dolor en el momento
es,
en fin,
el ansia por descubrir.
jamás la imagen surge completa,
de una vez,
se construye en el espacio y en el tiempo,
sobre todo en este último,
por la suma de las partes.
separadas otrora, hace eternidades,
con el único objetivo de adormecernos.
y es, en la comprensión de la sangre,
quien la rescata de su endeblez,
desde su alteridad
y su sesgo,
el que mejor entiende.
aquel de pupila dilatada
inyectada,
ante el asombro del descubrimiento,
y en el eje de una visión que se desnuda,
renovada,
inquieta,
gracil.
sujeto poseído en esa acción
emoción sin palabra
alarido primal
verbo
puro
despojado.
hecho deseo.
ser en rojo
y no en gris.
en la presión de la forma
y el movimiento.
realización tangible,
de lo que fue deseado,
hecha carne.
si la daga horada,
lo que fluye,
es la verdad.
lo fugaz de la materia,
vuelta tangible en la intención.
el riesgo sublimado
por el solo afán de desafiar lo que,
hasta ahí,
había sido prohibido.
no existe un cuerpo
capaz de aglutinar
tanto deseo insatisfecho
tanto encono con la razón.
tanta angustia de no poder,
tanto odio por no saber.
tinta roja,
en rojo,
esencial
que nos vuelve dinámicos
apasionados
voraces
héroes y,
a la vez,
villanos
capaces de desbordar tanta quietud.
tanto marasmo.
despertar a la inquietud,
al riesgo
y a la gloria!
fluir en rojo,
por el solo hecho de que sea ella,
la pasión,
la que guíe.
melafú!
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