mirar a los ciegos a la cara, intentando explicar un cuadro,
hablar con un sordo, sobre una sinfonía de beethhoven,
o discutir con un minusválido mental sobre política internacional,
pueden convertirse en experiencias sumamente traumáticas.
casi tanto como intentar intercambiar opiniones,
las pavadas, nimiedades, tonterías, etc,
dominan y gobiernan el imaginario colectivo, de los tiempos que nos tocaron en suerte.
y éstas, suelen estar esgrimidas y defendidas,
por individuos que cuentan con todas sus “capacidades”
¿dónde están hoy las verdaderas discapacidades ?,
o cómo eufemísticamente se lo menciona ahora :
“las capacidades diferentes”.
¿quienes son los verdaderos ciegos, sordos y minusválidos mentales,
de estos tiempos ?
a ver, vayamos por partes.
si uno dice, sin especificar demasiado :
“viste que interesante el programa de anoche?”
es muy probable que cierto interlocutor
infiera directamente el nombre del mencionado ciclo.
(si no me cree, haga la prueba)
si se nos ocurriera, plantearle a alguien
qué incidencia tendrán para las próximas generaciones,
la concentración de los medios de producción en tan pocas manos,
como efectivamente está sucediendo,
tal vez recibamos como respuesta
una mueca de perplejidad que asusta,
y que, al menos a mi, me preocupa.
¿cómo resistir a tiempos donde las discapacidades,
no están tan claras?
dónde los ciegos, sordos, paralíticos y minusválidos mentales,
no son todos los que lo parecen.
sino otros que nos quieren convencer de todo lo contrario.
¿cómo resistir a la prepotencia de aquellos que
- desde una no reconocida discapacidad -,
pretenden definir los estándares que nos gobiernan?
marcar los gustos de las mayorías
opinar de todo, utilizando,
como única herramienta, su propia ceguera y estupidez
si bien es complicado y difícil enfrentar todo esto,
me permito recomendar una sola arma para hacerles frente :
la inteligencia.
aquella vieja y querida compañera de otros tiempos.
la que cuestiona, reflexiona, piensa, discute, analiza,
avanzando o retrocediendo según corresponda.
aclarando, alegrando o angustiando,
pero siempre iluminando.
nadie dice que esto sea sencillo,
pero, aquél a quién solo le interesan las cosas fáciles,
también es un poco discapacitado,
y desde acá estamos tratando de resistir …
melafú!
Resistimos, y además, damos combate (que en éstos tiempos no es poca cosa, eh!)
ResponderBorrarSalve Melafu!, celebramos su retorno! Buenas reflexiones!
ResponderBorrar