miércoles, 18 de agosto de 2010

(ciertos) compañeros de ruta

bajo la influencia de un cerebro empalagoso, y empastado de tanta obviedad, decidió comenzar el triste recorrido hacia una banalidad exasperante.
nada pensado, más vale aceptado como sino.
fue así como, sin quererlo, comenzó un derrotero que no reconocía, a priori, una ruta asignada.
descendió lentamente, para encontrarse con quienes se iban a convertir en sus compañeros de ruta.
el infeliz crónico, la tonta revulsiva, el imbécil asumido y el inepto por decisión, aparecieron como por arte de magia.
de a poco fue descubriendo como, cada uno de ellos, se ajustaba a las necesidades que cada uno de los tramos del trayecto requería.
en momentos en que la angustia se tornaba insoportable, era el infeliz crónico quién se encargaba de justificarla, para volverla aceptable y llevadera.
cuando las palabras comenzaban a sonar huecas e inconsistentes, allí estaba la tonta revulsiva para sostener la situación, y acompañarla con más palabras aún.
si la realidad circundante aplastaba, de tanta tontería y redundante cúmulo de falacias, aparecía el imbécil asumido para justificar con una sonrisa, el status quo imperante.
y en momentos en que, cualquier situación se veía como apenas diferente a todo aquello que las mayorías aceptaban como válido y cierto, era el inepto por decisión quién primero huía dejando a su paso una huella demasiado profunda.
fue así como, nuestro héroe, llegó a descubrir que, sin importar el grado o nivel de estupidez, banalidad, vacío o tontería, que exista, siempre habrá un compañero al lado capaz de justificarlo.
melafú!

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