en tiempos del socialismo, el consejo de lenin a los jóvenes, su respuesta sobre lo que deberían hacer, era “aprender, aprender, aprender”. esto se repitió infinitas veces e incluso fue pintado en los muros de las escuelas. el chiste dice :
preguntaron a marx, engels y lenin si preferirían una esposa o una amante. como era de esperar, marx, más bien conservador en cuestiones privadas, respondió: “¡una esposa!”, mientras que engels, más bon vivant, optó por la amante. para sorpresa de todos, lenin dijo:
- ¡me gustaría tener ambas!
- ¿por qué? ¿hay un lado oculto de jouisseur decadente tras su austera imagen revolucionaria?
- no – explicó -, así puedo decirle a mi mujer que voy a ver a mi amante, y a mi amante que tengo que estar con mi mujer…
- ¿y luego, qué hace?
- ¡voy a un lugar solitario para aprender, aprender y aprender!
¿no es esto exactamente lo que hizo lenin tras la catástrofe de 1914?. se escabulló a un lugar solitario de suiza, dónde “aprendió, aprendió y aprendió” leyendo “la ciencia de la lógica de hegel”. esto es lo que deberíamos hacer hoy cuando nos vemos abrumados por tantas imágenes y representaciones mediáticas de la violencia. necesitamos “aprender, aprender y aprender” qué causa la violencia.
slavoj žižek, “sobre la violencia. seis reflexiones marginales”
aprender es un verbo que ha perdido vigencia, entidad y hasta sentido.
de tantas mutaciones simbólicas sufridas con el paso del tiempo, se ha vuelto difícil de definir.
o, en todo caso, el objeto y los objetivos del mismo, se han mudado a territorios demasiado lejanos, de aquellos pretendidos por el líder revolucionario.
¿qué, cómo y, sobre todo, para qué aprender? son preguntas que preocupan, y ocupan, a pocos.
el gusto por el conocimiento. el desafío, ante la búsqueda de la verdad. el cuestionamiento de saberes adquiridos. la puesta en práctica de ejercicios intelectuales. el conocer, probar, equivocarse, acertar, por el puro placer de acceder a un conocimiento, hasta ese momento, velado. son cuestiones que parecen fuera de moda, para las grandes mayorías sometidas a verdades que se les vuelven irrefutables, incuestionables y, sobre todo, innecesarias de ser rebatidas.
¿cuáles son los riesgos de aceptar todo lo que nos viene cómo verdadero?
¿estamos yendo rumbo a un pensamiento único, en tanto y en cuanto, nos resistamos a dudar?
¿de lo que supuestamente aprendemos, cuánto responde a nuestras verdaderas e íntimas inquietudes?
¿cuánto, a lo que verdaderamente necesitamos?
aprender no es, solamente, incorporar conocimientos o información.
es mucho más que eso.
es un camino arduo y ríspido de muchas más dudas que certezas.
tal vez por esto, no estaría mal volver a intentarlo.
melafú!
Antes que nada: ¡Hay que apagar el televisor!
ResponderBorrarque groso es eso de lenin!
ResponderBorrary muy buno el libro de zizek
juani