domingo, 29 de agosto de 2010

riesgo


desde que recuerde,
me han interesado mucho más las búsquedas
que los hallazgos.
los derroteros, que los destinos.
las dudas, que las certezas

me divierte el inconformismo,
me fascina desconfiar,
tal vez porque las opciones posibles no me satisfacen,
quizás porque,
todo aquello que el sentido común intenta convencerme como normal,
lo encuentro burdo, banal y de mal gusto.

no veo, en la norma, atractivo suficiente que justifique mi atención.
mucho menos en aquellos que siguen lo que se les dice,
sin discutir ni dudar.

prefiero el riesgo.
siempre y en toda circunstancia.

me resulta mucho más interesante asomarme al vacío para ver que pasa,
- sin baranda protectora -,
aunque sea de vez en cuando,
a quedarme del lado seguro, observando desde lejos.

desconfío de todo aquello
que me garantizan como cierto.
de las verdades eternas y de los dogmas incuestionables,
los individuos impolutos y los “sistemas eficientes”.

creo en seguir pistas falsas,
caminos que no conducen a ningún lado,
sonidos que confunden, mucho más de lo que aclaran,
individuos impresentables para la mayoría,
brebajes mágicos, con consecuencias impredecibles.

no quiero estar seguro.
no me interesa
he descubierto que la gente que está muy convencida de algo,
es aburridísima.
absolutamente predecible.
con poca, o nula, imaginación.
con temas de conversación recurrentes.
con menos ideas que una larva,
casi como un loro, pero mucho menos simpática

la gente que esta muy segura de todo,
me cae mal.

prefiero a los que eligen el riesgo,
los caminos de cornisa,
las arenas movedizas,
los ruidos inexplicables.

creo firmemente, a pesar de poder equivocarme,
que buscar,
incluso a riesgo de no encontrar jamás,
es mucho más interesante que encontrar sin haber buscado.

a veces pienso que si la inestabilidad fuera la norma,
yo estaría de ese mismo lado.
después pienso un poco más y me convenzo de todo lo contrario,
por las dudas…
melafú!

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